Las dolencias en el cuello, la cintura o la espalda, como también en la planta de los pies o las manos es una problemática cada vez más frecuente que no distingue géneros o edades. En cuanto a las razones que los originan son múltiples pero un factor transversal es la mala postura para la realización de actividades cotidianas, como trabajar en computadora o agacharse a recoger algo. Para tratar estos malestares típicos y otros diagnósticos como lumbalgias, cervicalgias e inclusive insomnios y migrañas, surgió -hace casi dos décadas-, la Terapia Postural Activa (TPA) de la mano de la Licenciada en Kinesiología Silvina Lambertini.
“La creación del método fue a partir de mi propia experiencia. Cuando finalicé mi carrera tuve hernias discales y me dio un motivo para salir a buscar una herramienta, dentro de mi profesión, que me ayudara. O sea me pasó de ser la paciente y la profesional”, recordó Lambertini.
Y siguió: “Observé también las demandas de la comunidad y quise hacer algo que se sostenga en el tiempo. Hoy podemos decir que TPA es una gimnasia postural que la gente la adquiere y acepta”.
Actualmente, existen más de 500 espacios en el país que cuentan con diplomados en esta técnica. En estos sitios, el objetivo es “enseñar hábitos posturales en la acción” -explicó Silvina-. “Se ingresa a una escuela de la sabiduría del moverse, donde se aprenden procesos autogestionados algo que empodera y saca de la victimización de un diagnóstico”, detalló.
De esta manera, se invita a realizar encuentros grupales 2 veces a la semana, advirtiendo que “lo importante es permanecer a largo plazo”. En tanto, la creadora amplió: “Los resultados pueden llegar en una misma sesión cuando uno sienta ausencia de dolor por ejemplo, pero la persistencia en la adquisición de hábitos y la práctica es fundamental porque de los hábitos tóxicos uno se desintoxica con el tiempo y enseñar eso es nuestra misión como profesionales de la salud”.
Respecto a las malas costumbres que mencionó, indicó: “Se ven sobre todo en el sedentarismo de la vida tecnológica actual; nos sentamos en una postura encerrada en la que cae el tórax para adentro y la columna se hace como una coma”.
“Lo mismo pasa cuando queremos estudiar o mirar el computador y acercamos la cabeza, generando una postura desordenada; también levantamos incorrectamente los brazos, -prosiguió- o agarramos algo pesado sin gestionar la fuerza”.
Así, entre los beneficios principales de la Terapia Postural Activa se destacan el alivio de síntomas. No obstante, a su vez se produce un incremento del bienestar general y una disminución del estrés, a través de la labor realizada entre el cuerpo y distintos elementos.
Finalmente, Lambertini celebró la expansión de la técnica desde 2007 cuando nació al presente. “Antes hablar de postura era inhóspito y esto se fue dando gradual y progresivamente, generando aprendices mediante el boca en boca, logrando una metodología postural universal, que traspasa idiomas y culturas porque la necesidad es universal justamente. Hoy salgo a enseñarlo a colegas de otros países, no solo de Latinoamérica”, cerró.