*Por Leticia Martín Enjuto, Psicóloga
El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una condición mental compleja que afecta significativamente la vida de quienes lo padecen y que se manifiesta a través de varios síntomas distintivos:
- Miedo al abandono: Las personas con TLP experimentan un temor intenso a ser abandonadas, lo que puede llevarlas a realizar esfuerzos desesperados para evitarlo. Este miedo puede desencadenar reacciones emocionales intensas incluso ante situaciones aparentemente triviales, como la cancelación de un plan social.
- Inestabilidad emocional: Los individuos con TLP suelen experimentar cambios de humor rápidos e intensos. Los mismos pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días, afectando significativamente su percepción de sí mismos y de los demás.
- Relaciones interpersonales inestables: Las relaciones de las personas con TLP tienden a ser intensas pero volátiles. Pueden oscilar rápidamente entre la idealización y la devaluación de sus seres queridos.
- Autoimagen distorsionada: La percepción de sí mismos puede cambiar drásticamente, lo que se refleja en cambios repentinos de objetivos, valores, opiniones o incluso carreras profesionales.
- Impulsividad: Las conductas impulsivas y potencialmente autodestructivas son comunes, pudiendo incluir gastos excesivos, conductas sexuales de riesgo o abuso de sustancias.
- Ira intensa: Las personas con TLP a menudo experimentan dificultades para controlar su ira, manifestándola de manera inapropiada e intensa.
Epidemiología
El TLP afecta aproximadamente al 0,2-1,8% de la población general, siendo más prevalente en entornos clínicos. Es más comúnmente diagnosticado en mujeres, con una proporción de 3/1 respecto a los hombres, aunque las razones de esta disparidad no están claras.
Tratamiento
Aunque históricamente se ha considerado un trastorno difícil de tratar, los avances en la investigación han llevado al desarrollo de tratamientos efectivos:
Psicoterapia: Es el tratamiento de primera línea para el TLP. Dos enfoques que han demostrado ser particularmente efectivos son:
- La terapia dialéctica-conductual, que se centra en desarrollar habilidades de atención plena, regulación emocional y tolerancia al malestar.
- La terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales.
Farmacoterapia: Aunque no existe un medicamento específico para el TLP, algunos fármacos pueden ayudar a manejar síntomas específicos como la depresión o la ansiedad.
Es crucial que el tratamiento sea proporcionado por profesionales de salud mental debidamente capacitados y acreditados. Con el tratamiento adecuado, muchas personas con TLP experimentan una reducción significativa de los síntomas y una mejora en su calidad de vida.
Igualmente, la condición requiere un enfoque de tratamiento integral y personalizado junto con la comprensión y el apoyo del círculo íntimo.