Liliana González es la psicopedagoga más popular de Córdoba. Tras escribir nueve libros en editoriales locales, tuvo su gran momento nacional a través de su último trabajo, coproducido junto a su hija Natalia Brusa. Ese texto, que está siendo presentado en varias partes del territorio nacional, fue la clave de conversación del primer gran evento de Ocio en 2019.
Más de 150 mujeres escucharon a ‘madre e hija’ hablar y analizar lo que sucede en los vínculos familiares con relación a la tecnología. ¿Será que nos miramos menos? ¿El celular complejiza nuestras demostraciones de amor? ¿Eso tiene consecuencias en la crianza de nuestros hijos? Todos estos interrogantes tuvieron respuesta el pasado 21 de mayo en el auditorio de gama.
El origen del libro Volver a mirarnos fue en una sala de espera de un consultorio, donde Liliana pudo observar una situación puntual: una madre estaba amamantando a su bebé mientras usaba su celular. Eso, que parece una acción cotidiana de estos tiempos, para esta pensadora significaba que el niño sólo recibía leche, y no amor. “Los bebés necesitan la mirada de amor porque no comprenden lo simbólico de las palabras. Sin juzgar a esa mamá, quien seguramente ama a su hijo, comencé a interesarme por el vínculo entre las personas y cómo se ve perturbado por lo tecnológico”, explica Liliana.
¿Qué ofrece la mirada de una madre hacia su hijo, más allá de atención?
En una mirada materna, los hijos se sienten deseados, hermosos, valiosos y elaboran un ‘yo’ fuerte. Por eso me llamó la atención esa interrupción con celulares u otros aparatos. Me hizo pensar algo nuevo, porque nunca había visto una situación semejante.
¿Qué sucedió después de eso?
Me llamaron para hacer una conferencia TED (en 2017) y pensé que tenía que hablar de esa problemática que es, en esencia, un tema actual que muchos especialistas analizan.
¿Le interesó esa temática al público?
Tanto que el video se convirtió en viral, con más de 200 mil reproducciones en YouTube. La razón es que ese tema importa en la sociedad. Fue entonces que me llamaron de la editorial Penguin Random House para hacer una publicación acerca de ese tema.
Y así llegó Volver a mirarnos…
Así lo comenzamos a generar junta a mi hija Natalia, quien siempre fue mi asesora en temas de maternidad actual. Debo decir, de todas maneras, que fue mi esposo quien me sugirió que haga el trabajo con ella, quien además es una hermosa versión de madre.
¿Cómo fue trabajar juntas?
Lo hicimos con mucho amor, entre risas y algunos llantos. Este libro nos hizo conectar mucho, nos invitó a repasar momentos y hasta me enteré detalles que no conocía de mi propia maternidad. En un momento, Natalia me confesó que yo era ‘muy floja’ para poner límites… supongo que descubrir eso me hizo bajar mi propio puntaje como madre (risas).
¿Qué aprendiste de la maternidad de hoy junto a tu hija Natalia?
Ella me conectó con las nuevas realidades como los chats de madres, el grooming, los juegos en línea, etc. Son cosas que no existían en mi época.
“Escribir con mi mamá fue una especie de subibaja emocional. Pasamos por todos los estados anímicos, risas , emoción, mientras íbamos repasando la infancia y la adolescencia, las maternidades y su ‘abuelazgo’. A la vez, fue y es compartir un poco del vértigo de su día a día, acomodar horarios y optimizar el tiempo. Un gran aprendizaje y una experiencia que nos marcará para siempre”, comenta Natalia Brusa.
Volver a mirarnos es el último trabajo editorial de Liliana González, escrita junto
a su hija Natalia Brusa. Liliana es psicopedagoga y especialista en clínica de niños
y adolescentes, mientras que Natalia es periodista. Ambas trabajaron durante
dos años para terminar este texto.