Hace más de seis meses que venimos experimentando un cambio repentino en nuestras vidas, tuvimos que aprender nuevas formas de trabajar y de vincularnos con nuestro entorno, y a su vez, adaptar o modificar planes y proyectos personales que no pudieron llevarse adelante.
Poco a poco nos fuimos adecuando a esta “nueva normalidad”, confiando en que pronto iba a cesar, pero la incertidumbre y los casos aumentan, lo cual nos lleva a cuestionarnos.. ¿Cuánto tiempo más vamos a seguir así?
Frente a estos interrogantes, quería compartirles 3 rutinas diarias para sacarle provecho a este momento:
- Al comenzar el día, cuando te estés por levantar de la cama, quedate sentada con los pies en el piso y cerrá por un momento los ojos y comenzá a hacerte consciente de tu respiración (inhalo y exhalo por nariz únicamente) y a enfocarte en cada parte de tu cuerpo desde los pies a la cabeza. Sentí la energía que fluye por cada parte de tu cuerpo (es normal que puedas llegar a sentir cosquilleo o calor, estás activando tu cuerpo). Luego vas a decir en voz alta y con una mano en el corazón: ¡gracias, gracias, gracias! (con el fin de conectar en gratitud con tu vos misma y con todo lo bueno que te espera ese día).
- Antes de comenzar tu día, tomate unos minutos para responder la siguiente pregunta: ¿Qué me gustaría crear para mi vida hoy?
Determiná todo lo que te gustaría que suceda desde el corazón, mientras frotas las palmas de las manos para adelante y para atrás (como si tuvieras frío). Ese movimiento permite poner en circulación la energía para atraer todo lo que vos deseas que suceda (es normal que comiences a sentir calor por tu cuerpo, es tu energía vital).
Si lo haces con los ojos cerrados podes visualizar todo lo que te gustaría que suceda, y si lo haces con ojos abiertos podes ubicarte frente a un espejo para generar un compromiso con vos durante la práctica.
La determinación puede ser por ejemplo poder cumplir con ese objetivo pendiente, llegar a horario al trabajo, tener la voluntad para hacer gimnasia, sentir alegría y felicidad, etc.
Si tenes poco tiempo, podes escribir una lista con tus determinaciones y las lees antes de comenzar tu día.
Al terminar la práctica, te invito a recitar este mantra en voz alta:
“Acepto todo lo que venga a mi encuentro hoy, es perfecto y necesario para mi crecimiento y evolución”
- Cuando estés ya en la cama sentada o acostada, vas a cerrar los ojos y hacer una respiración profunda. Luego vas a volver a conectar con tu cuerpo y a indagar tres cosas por las que estés agradecida ese día. Te invito a decir en voz alta o en tu interior.. “Hoy estoy agradecida porque………… ¡gracias, gracias, gracias!
Este tiempo se vuelve una oportunidad cuando podemos salir del “modo queja” y conectar en gratitud con todo lo que nos rodea sin estar añorando algo diferente a lo que está ocurriendo (¡difícil, pero no imposible!). A su vez, nos ha permitido de alguna manera salir de la famosa “zona de confort” y sigue siendo una invitación para conectarnos con el presente, el único tiempo real que existe, soltando todo aquello que no podamos cambiar, controlar o disponer aquí y ahora.
Es un momento ideal para cambiar hábitos, ya que esto nos alteró nuestra rutina completamente, y para conocernos más, conectar con nuestra soledad, escucharnos y encontrar momentos de calma y plenitud en lo cotidiano.
Es una experiencia que viene a recordarnos el valor de lo simple, es decir, de todo eso que carecía de importancia por el hecho de estar habituados, y por sobre todas las cosas, el de nuestra libertad como seres humanos.
Por. Pilar María Tagle (Coach Profesional y Master en BIO-PNL. Especialista en Mindfulness, Neuroeducación y Recursos Humanos. Creadora del Método de Transformación Personal Fusionpoint y de Potencial Team para Empresas)