*Especial, por Georgina Sticco, Directora y co-fundadora de Grow-género y trabajo
¿Cuántas veces escuchamos que la tecnología trae desarrollo? Como si fuera una condición sine qua non. Sin embargo, nos olvidamos que toda la tecnología es una creación generada por personas que si no la desarrollaron teniendo en cuenta los problemas sociales, tampoco los va a solucionar. Es más, lamentablemente en muchos casos la tecnología sin perspectiva de derechos humanos tiene un impacto contrario al desarrollo: incrementa las desigualdades sociales. Desde Grow-género y trabajo nos proponemos analizar los escenarios que trae la Inteligencia Artificial y sus consecuencias en relación a tres enfoques diferentes: mujeres como usuarias, mujeres como trabajadoras, mujeres como desarrolladoras.
El impacto de la Inteligencia Artificial en las usuarias
Algunos ejemplos de algoritmos que usan IA son la publicidad online, los sistemas de recomendación y la traducción automática de idiomas.
Dado que estas herramientas se alimentan de información que puede contener sesgos, podemos encontrar varios ejemplos de discriminación. Por ejemplo, avisos de búsquedas laborales sobre posiciones de liderazgo o que requieran viajes que no se le muestran a mujeres en edad reproductiva, o traducciones de idiomas neutros en género a otros con marcación binaria que asumen en la traducción roles de género tradicionales (por ejemplo todas las personas que ejercen la medicina son doctores, y quienes cuidan a las personas enfermas son mujeres).
Estos son solo pequeños ejemplos, en los que nos vemos inmersos/as casi todo el tiempo que estamos en internet. Es así que los sesgos de género en la IA refuerzan las desigualdades y tienen un impacto directo, dado que aún sin tener esa intención, discriminan sistemáticamente a las mujeres, y a otros colectivos.
Para abordar este problema, desde Grow-género y trabajo consideramos las siguientes estrategias: 1) Capacitar en sesgos a los equipos de desarrolladores/as, 2) Analizar los resultados de las tecnologías desarrolladas para detectar sesgos, 3) Promover la conformación de equipos diversos.
El impacto de IA en el trabajo de las mujeres
Hay estudios que intentan predecir cuáles serán los trabajos que más se verán afectados por el avance de la IA. Algunos consideran que las ocupaciones con mayor riesgo de automatización son las realizadas por varones, porque las mujeres son más propensas a trabajar en posiciones que requieren de habilidades interpersonales, como las actividades de cuidado. Sin embargo, otros estudios identifican que las mujeres podrían estar en mayor riesgo, dado que son mayoría en actividades de apoyo y servicio dentro de una oficina. Por ejemplo, en EE.UU las mujeres están sobrerrepresentadas en empleos administrativos (70%), cuyo potencial de automatización por la IA en el país se ha estimado en 60% (Unesco 2022).
Esto es solo la punta de iceberg, y lo que nos presenta es la necesidad de realizar estudios que generen evidencia sobre los futuros posibles, con el fin de planificar el reskilling necesario, dado que de otra manera, las mujeres se quedarán por fuera de las posibilidades que ofrecen estos trabajos. Es clave que cada país realice sus propios estudios, dado que la participación económica de las mujeres, depende de los distintos contextos sociales y políticos.
En el informe realizado por el BID, El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe, se analizan datos de cuatro países de América Latina. Mientras que en Bolivia, el 30% de las mujeres enfrentan un riesgo alto de que sus empleos sean automatizados, esto solo sucede con el 10% de los varones. En los casos de El Salvador, Colombia y Chile, los riesgos de automatización son similares entre mujeres y varones (Unesco 2022).
El impacto de IA en las mujeres desarrolladoras
Según estudios de la OCDE, en el 2018 las mujeres obtenían apenas el 7% de las patentes de TIC en los países del G20, y solo 10% de las empresas nuevas de tecnología en busca de fondeo habían sido fundadas por mujeres. Por otro lado, solo el 18% de los autores en las principales conferencias de IA son mujeres y más del 80% de los profesores de IA son varones (Unesco 2022).
Estas diferencias se arrastran desde la escuela primaria: a los 15 años, en promedio, solo 0,5% de las niñas en los países de la OCDE piensan en convertirse en profesionales TIC, en comparación con 5% de los niños (Unesco 2022). Lo que nos habla de un sistema educativo que no solo no promueve la tecnología en las niñas, sino que evidentemente las desalienta.
En este sentido, para lograr aumentar los números de mujeres en STEM es clave trabajar con los y las docentes en la escuela primaria y secundaria, con el fin de acercar estas tecnologías y derribar las barreras simbólicas y materiales que limitan la elección de estas carreras.
Estos son algunos de los ejes que desde Grow-género y trabajo consideramos urgente contemplar, dado el avance vertiginoso de la Inteligencia Artificial, y el lugar que ya ocupa en nuestras sociedades.