*Especial, por Leticia Martín Enjuto (Psicóloga)
San Valentín es conocido como el Día del amor y la Amistad. Así, esta fecha se enfoca en la celebración del amor romántico y las parejas. Sin embargo, es fundamental recordar el amor propio que es es una parte trascendental de nuestra vida y merece ser considerado.
Este es la base de nuestra felicidad y bienestar. Se trata del cariño hacia nosotros mismos, el reconocimiento de nuestro valor y la aceptación de quienes somos. De esta manera, es una oportunidad perfecta para recordarnos que merecemos el cuidado y respeto tanto como cualquier otra persona.
Por tanto, en lugar de enfocarnos únicamente en encontrar una pareja o recibir muestras de amor externas, podemos aprovechar San Valentín para cultivar una relación más profunda con nosotros mismos. Aquí hay algunas formas en las que podemos hacerlo:
- Cumplite un capricho: En lugar de esperar que alguien más te consienta, date el gusto de hacer algo especial vos mismo. Podés planear un día de spa en casa, comprar ese regalo que llevas tiempo deseando o disfrutar de una comida en tu restaurante favorito.
- Practicá el autocuidado: Puede ser haciendo ejercicio, meditando, leyendo un libro, tomando un baño caliente o simplemente descansando.
- Celebrá tus logros: Creá una lista de todas las cosas positivas que lograste en tu vida y date un momento para celebrar tus propias victorias.
- Realizá algo que te encante: ¿Hay alguna actividad que ames hacer pero que siempre posponés? Este día es perfecto para hacerlo. Ya sea pintar, cocinar, bailar, escribir o cualquier otra actividad. Tómate el tiempo para disfrutar tu talento.
- Compartí amor con los demás: Tener un gesto amable por alguien más o enviar un mensaje de aprecio o una buena acción, alimentan el amor propio también.