La infancia de Carina Granatelli transcurrió en el campo, rodeada de colores. Hoy, a sus 50 años, recuerda que, desde los 3 pinta. Y ratifica lo que figura en su biografía de Instagram: “Lo hago desde que aprendí a sostener un lápiz en mi mano”.
“Mi padre viajaba al pueblo una vez por semana y yo le pedía siempre que me trajera libros de pintar y estaba todo el día con eso”, añade sobre el inicio de su vocación. Más tarde, rememora su paso por una academia, aunque se reconoce más como “autodidacta”.
En ese camino, de incansable aprendiz, pasó, luego, por cerámica, vitrofusión, dio talleres, aunque siempre la pintura fue su pasión latente. Así, hace un año decidió dedicarse totalmente a la misma y, ahora, prepara la inauguración de su atelier.
Este comenzó a gestarse durante la pandemia y, finalmente, abrirá sus puertas el próximo domingo 29 de octubre. En el espacio, la artista, cuenta que trabajará en sus obras, las expondrá y, además dictará talleres.
“La idea es dar clases donde el que vaya, aprenda las técnicas y pueda llevarse una pieza lista”, explica. Igualmente, aclara: “Todos pueden venir a visitar, como un lugar de paseo y disfrute”.
Respecto a su impronta, Carina Granatelli comenta: “Es puramente abstracto y juego con muchos materiales que se van fusionando para generar efectos, textura y movimientos”.
En la misma línea, acerca de su dinámica laboral revela: “Si tengo que hacer un cuadro a pedido, vemos juntos el ambiente a decorar, los asesoro sobre tendencias de tamaños y colores”. Sin embargo, cuando crea libremente, confiesa que se inspira a partir del lienzo en blanco. “En el momento defino qué hacer -profundiza- y me manejo libremente”.
Para cerrar, la artista expresa sus planes a futuro, destacando su anhelo de trascender las fronteras con sus diseños, a largo plazo. Mientras que, por otro lado, espera estar presente en la Feria de Arte BADA, que tendrá lugar en La Rural durante agosto del 2024.