En el nuevo mundo del turismo en pandemia, siempre hay oportunidades para viajeros atentos y ávidos de cosas nuevas. Córdoba es un ejemplo de ello, ya que además de su creciente desarrollo agro industrial y las mejoras en su infraestructura turística, vial y sanitaria, es también una de las provincias que mejor ha manejado las reaperturas turísticas en 2020 y 2021 y donde se encuentran nuevos destinos, algunos muy poco conocidos, pero sorprendentes.
Villa del Totoral, una potencia en turismo de estancias, es un pueblo muy pintoresco vinculado al agro, pero con un tinte turístico que data del siglo pasado. Calles abovedadas de añosos árboles resaltan un sin fin de casonas del siglo 19, donde las familias patricias descansaban en los veranos y hoy se pueden recorrer en paseos a caballo.
Lo más llamativo de este paraje es el nuevo boom de turismo de estancias de lujo: cuatro establecimientos que trabajan conjuntamente para potenciar este nuevo destino que antes de la pandemia sólo era conocido por los extranjeros que lo visitaban. Hoy, es uno de los lugares destacados que el turismo interno está descubriendo.
Con una atención superlativa, cascos muy bien mantenidos que resaltan por su decoración y paisajismo y, principalmente, por una gastronomía que sorprende, las estancias que posicionan a Villa del Totoral, son: La Catalina, Las Vertientes, San Huberto y Río de Piedras.
Estancia La Catalina, el secreto mejor guardado de Córdoba
Se encuentra ubicada en las afueras de Villa del Totoral, a 85 kilómetros al norte de Córdoba Capital. El lugar combina la tradición de estancia y la comodidad de la vida moderna en el campo. Cuenta con 10 suites de campo muy amplias, con aire acondicionado, calefacción, wi-fi, caja fuerte, escritorio y baño privado. Además, se suma un jacuzzi exterior climatizado y la mejor gastronomía de campo.
La Catalina posee un amplio lounge de campo, comedor con muchas ventanas, bar con barra y quincho con asador. La galería y la terraza, de paso y pérgola, proporcionan una vista panorámica de la estancia que invita al relax y disfrute del paisaje.
Entre las actividades destacadas dentro de la estancia está el SPA House, con masajes relajantes, caminatas, cabalgatas, fogón, jacuzzi climatizado, metegol, sapo, mesa de cartas. Mientras que en Totoral y los alrededores se puede disfrutar del río, golf, viñedos y bodega y la histórica Estancia Jesuítica.
La gastronomía de La Catalina se destaca por tener un menú de campo, fresco, gourmet, casero y con un toque sofisticado. El bar de la estancia está ambientado como una antigua pulpería de campo, donde se encuentran los mejores cócteles, tragos, cervezas y vinos.