*Especial, por Lic. Agustina Murcho, referente en Nutrición y Trastornos Alimentarios
Las dietas son los tipos de alimentación donde se restringen calorías, placer y nutrientes. Suelen prometer “magia”, cierta cantidad de kilos bajados en cierto tiempo, prometen no recuperarlos y no pasar hambre.
Pero principalmente las dietas no sirven porque:
1) Restringen calorías. Muchas dietas se basan en la restricción calórica, lo que significa que se reduce la cantidad de calorías que se consumen en un día. Esto no se puede mantener a largo plazo porque es difícil y conduce a una sensación constante de hambre.
2) Las dietas tienen fechas de caducidad. Tiene un principio y un fin por eso no sirven porque una vez que las dejamos volvemos a recuperar peso y antiguos hábitos alimenticios. Lo mejor es generar un nuevo hábito alimentario acorde a nuestro estilo de vida sin privar alimento
3) No se centran en un cambio de estilo de vida: Una dieta es una solución a corto plazo, pero para lograr un cambio duradero, es necesario adoptar un estilo de vida saludable. Esto incluye hacer cambios en la forma en que se come y se ejercita de manera regular.
En resumen, para lograr un cambio a largo plazo, es importante adoptar un estilo de vida saludable y sostenible que incluya hábitos alimenticios saludables y actividad física regular.
¿Cuáles son las consecuencias de realizar dietas restrictivas?
1) Aumenta el deseo. Toda prohibición aumenta el deseo, por lo tanto comeremos más,
recuperaremos ese peso perdido y se desregulan muchísimas cosas en el cuerpo.
2) Anemia
3) Dolores de cabeza, mareos, constipación, debilidad.
4) Fatiga y debilidad: una dieta restrictiva puede llevar a una falta de energía y una sensación constante de fatiga debido a la falta de nutrientes necesarios para mantener el cuerpo funcionando adecuadamente.
5) Trastornos alimentarios. Las dietas restrictivas pueden aumentar el riesgo de desarrollar un TCA, como anorexia y bulimia entre muchos otros, ya que pueden llevar a una obsesión por la comida y la imagen corporal
6) Puede traer problemas digestivos como diarrea, náuseas, calambres abdominales, debido a la falta de fibra y otros nutrientes esenciales.
7) Desequilibrios nutricionales: las dietas restrictivas pueden llevar a desequilibrios nutricionales y deficiencia en vitamina y minerales esenciales, lo que puede afectar negativamente la salud

Cada persona es única. Si estás considerando hacer cambios alimentarios, es recomendable hablar con un profesional de la salud para obtener orientación y evitar posibles consecuencia negativas
¿Por qué pueden ser peligrosas para personas que son vulnerables a desarrollar un trastorno alimentario?
Las dietas pueden ser peligrosas para personas que son vulnerables a desarrollar un trastorno alimentario porque pueden desencadenar o empeorar los síntomas de trastornos alimentarios existentes, así como aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.
Las personas con trastornos alimentarios a menudo se sienten atraídas por las dietas restrictivas como una forma de controlar su peso y su cuerpo. La restricción alimentaria también puede aumentar la liberación de dopamina en el cerebro, lo que puede reforzar la conducta y aumentar la motivación para continuar con la dieta.
Además, las dietas pueden ser desencadenantes para personas con trastornos alimentarios latentes o subclínicos. La restricción alimentaria y la pérdida de peso pueden desencadenar pensamientos obsesivos sobre la comida y el cuerpo, lo que puede llevar al desarrollo de un trastorno alimentario a largo plazo.
Recomendaciones generales:
Muchos se preguntan “si no hago dieta, ¿qué hago?”. Primero que nada, consultar con un profesional de la salud que justamente se dedique a educación alimentaria, que tenga en cuenta la salud mental y las emociones. En la mayoría de los casos, no solamente debemos tratar esto con Nutricionista, sino también con Psicólogos Especializados en el tema, ya que la comida y las emociones van muy de la mano.
En algunos casos, las desregulaciones neuroquímicas se pueden revertir en terapia y con la Nutricionista, pero cuando esto se dificulta, se necesita medicación, que no está mal y hasta nos hará sentir mejor. Por eso muchas veces, es necesario un profesional de la psiquiatría.
1- Hacer las 4 comidas completas
2- Realizar actividad física
3- Legalizar el placer
4- Reconocer el hambre emocional
5- Chequear nuestra calidad del sueño
6- Los niveles de estrés
