*Especial, por Mili Cassino
Constantemente vivimos idealizando ciertos parámetros de “perfección” que muchas veces nos parecen tan inalcanzables que ni siquiera nos ponemos en marcha. De esta manera, es tan amplia la brecha entre nuestras expectativas y lo que podemos realmente hacer, que la frustración que nos genera es tan grande que mejor decidimos no hacer nada y ahí relegamos la famosa ‘disciplina’.
En la actualidad, con el fácil acceso que tenemos a la información a través de las redes sociales, alimentamos aún más ese ideal de vida que no siempre es la realidad. Sin embargo, aquello que refleja lo virtual no es lo que tiene que ser.
Lo que tiene que ser es lo que vos podés hacer, ya que tu historia y tu vida es única. Por tanto, vos debés encontrar la forma en la medida de lo posible de adaptar los hábitos a tu ritmo y estilo de vida. Es que, aunque creemos que debemos disponer de todo el tiempo del mundo para una rutina, lo que no comprendemos es que no existe una sola forma, ya que cada uno es dueño de crear su propio método y, al dar lo mejor que podés en cada momento, siempre es suficiente.
Asimismo, es esperable que, en este período del año, entre las fiestas, los compromisos sociales y las vacaciones, nuestros hábitos y rutinas se vean afectados porque nuestros tiempos, espacios y dinámicas cambian. No obstante, es importante tener conciencia, de que también tenemos en nuestro poder siempre la posibilidad de elegir: ¿Por qué son más prioritarios e importantes los compromisos para con otros, que los que tenemos con nosotros mismos?
Sería importante cuestionarnos porqué podemos encontrar espacio en nuestros días para otros quehaceres, pero no para mantener esos hábitos que deseamos tener. Entonces, en virtud de sostener (o recuperar) esos hábitos ¿Cómo hacer? caemos tanto en la culpa de haber abandonado y en todo lo que no hicimos, que nos enredamos en esos pensamientos en lugar de ponernos en acción.
Consejos prácticos para activar la disciplina
- OBJETIVOS: agarrá lápiz y papel. Ponete a definir de forma clara y precisa tus objetivos ¿Cómo vas a saber que hábitos necesitas poner en práctica si no tenes en claro lo que querés lograr? Al definir tus objetivos, vas a poder determinar de forma clara los hábitos y rutinas que necesitas desarrollar para acercarte a ellos
- MEJORA DEL 1%: lo que nos cuesta comprender de los hábitos es que funcionan por acumulación. La expectativa es tan alta que esperamos un cambio radical para ponderarlo, pero es en la acumulación de pequeñas acciones que podemos realmente generar un gran cambio. Proponete hacer una mejora del 1% cada día, hacer cada día algo más y mejor que el anterior. Si cada día que pasa mejoras un 1%, al año serás 37 veces mejor.
- INTENCIÓN DE IMPLEMENTACIÓN: otra dificultad con la que nos encontramos es que dejamos librado al azar el cambio y esperamos estar motivados, que se den el momento y condiciones perfectas para hacerlo, y generalmente eso no llega. Determinar el cuándo y el cómo es clave, tener una intención de implementación clara y concreta. Definir la situación y tiempo exacto donde lo vas a hacer: YO HARÉ (conducta) A LAS (tiempo) EN (lugar)
*EXTRA TIP: planificá tus días. Si no está en la agenda, NO SE HARÁ
4. REGLA DE LOS 2 MINUTOS: cuando buscas iniciar o implementar un hábito no debe llevarte más de 2 minutos. Cuando el inicio es sencillo, el resto se da de manera casi natural. Segmentá el hábito que querés desarrollar en partes más pequeñas para que la parte inicial no te lleve más de 2 minutos. Así, para la mente no representará un gran desafío y será más sencillo hacerlo. Por ejemplo: si el hábito que queremos desarrollar es comenzar a entrenar, que el hábito no sea ir 2 horas al gimnasio a entrenar. El hábito debe ser ponerte la ropa de entrenamiento y de esta manera la acción posterior se desencadenará naturalmente.
Trascender las ‘ganas’
Mucho se habla hoy por hoy de la motivación. No obstante, poco se habla de la constancia y la disciplina. Primero que nada, debemos comprender que la motivación es algo que fluctúa en el tiempo, cambia segundo a segundo y se ve afectado por diferentes variables.
No existe eso de estar siempre motivados. Entonces es claro que no podemos depender de algo tan cambiante para llevar adelante un cambio. Igualmente, podemos aprovechar ese impulso de la motivación para echarle más ganas, pero… ¿cuándo las ganas no están, qué hacemos?
Necesitamos algo más que nos lleve a la acción y se trata de la DISCIPLINA. Esto consiste en trabajar en la idea de sacrificar un placer inmediato por el bienestar a largo plazo. Tu mente siempre va a buscar convencerte que te quedes dónde y como estás, que sigas en esa tan conocida y cómoda zona de confort; pero, tus objetivos y tu compromiso con vos deben ser mayores, pesar más en la balanza para empezar a excusarte menos y hacer más. Entendiendo que ese hacer más no debe ser perfecto, lo que en cada momento puedas dar y hacer es suficiente. Valorá lo que HACÉS, algo siempre es mejor que nada y vuelvo a decirte: MEJOR HECHO QUE PERFECTO.