*Especial, por Cris Schwander
Estamos transitando momentos de mucha agresividad, incertidumbre y dolor. Por tanto, es completamente normal sentirse estresado, tener miedo, sentir tristeza , enojo, frustracion e incluso apatia. Sin embargo, lograr la homeostasis emocional que nos permita reponer energias, concentrarnos en lo bueno sin negar, evadir las situaciones que estamos transitando, es fundamental.
Así, el equilibro nos permitirá enfrentar el contexto del mejor modo posible. En este marco, hoy te propongo reconocer la importancia del silencio. Se trata de un tesoro escondido en medio del bullicio cotidiano, gracias al cual tenemos la oportunidad de desconectar del ruido externo y adentrarnos en nuestro mundo interno.
Nos permite escuchar nuestras propias voces, aquellas que a menudo se pierden en la vorágine del día a día, en el nudo del enojo, o en la paralización y huido del miedo. En el silencio, encontramos la paz interior y la claridad necesaria para tomar decisiones conscientes.

Es un espacio donde podemos reflexionar, ir a la instrospeccion y observar, percibir y desde allí quizás encontrar respuestas a nuestros dilemas más profundos. Además, nos brinda la posibilidad de conectarnos con nuestro entorno de una manera más profunda y auténtica.
Nos permite apreciar los sonidos sutiles de la naturaleza, la melodía de nuestras propias respiraciones y los latidos de nuestro corazón. También es un regalo que podemos ofrecer a los demás, permitiéndonos escuchar verdaderamente a quienes nos rodean y brindarles nuestra atención plena. En resumen, el silencio es un refugio donde encontramos calma, autoconocimiento y conexión con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Todos los días somos bombardeados por nuevas informaciones: sonidos, imágenes, ideas e informaciones, algunas verdaderas y la mayoría, sin mucho fundamento. De esta manera, estamos sobrecargados de estímulos, de pensamientos de información de ruidos. Pegados a la pantalla de TV, de Celu, de PC.
Necesitamos volver y amar el silencio, que despliega el encuentro con el todo y es una gran posibilidad de regulación al alcance.
Cuando vivimos momentos como los actuales, con enojo, miedo, tristeza e incertidumbre cuasi extrema; sin que nos percatemos nuestra respiración se torna acelerada o cortamos la exhalación y eso no favorece los procesos naturales.
Creo que todos nos hemos dado cuenta en algún momento de nuestra vida de la importancia de esperar y respirar, lo cual es tranquilizante.
En el afrontamiento de este contexto tan ansiogeno y angustiante, te propongo que te regalas momentos de silencio, acompañado de una respiración lenta, profunda, consciente, con la intención de tranquilizarte y descansar.
Es que, si en medio de una situación tensionante, hacemos silencio, realizamos una inhalación profunda y suspiramos, comenzamos a ver las cosas con menos dramatismo y tensión, para dar cabida a la reconciliación , a la gratitud de todo lo que tenemos y sobre todo somos. Posteriormente, logramos observar la situación desde otra perspectiva.
