A través de un relato personal, Guadalupe Prieto nos presenta nuevos rincones de India. Considero que los lugares que fueron o son importantes para una religión tienen alguna energía particular por la que fueron elegidos. Estas cuevas fueron el lugar elegido y, en el caso de Ellora, compartido por el Hinduismo, Budismo y jainismo.
*Especial, por Guadalupe Prieto
Cuevas de Ellora
Cuenta con 34 cuevas, de las cuales 17 son hinduistas, 12 budistas y el resto jainistas. Estas fueron construidas por diferentes dinastías y forman un complejo único en el mundo. La información que se obtiene de sus esculturas es invaluable.
Se trata de cuevas talladas en la montaña y de dos templos cavados en la montaña de dimensiones y belleza asombrosa. Este complejo se destaca por lo escultórico. Se cavaron durante diferentes dinastías entre los siglos VII y XI DC.
En medio de las cuevas se encuentra el mayor templo Hinduista de India, el Kailash, esculpido en un solo bloque que se excavó desde lo más alto de la montaña hacia abajo. Tiene 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de varios relieves escultóricos. He visitado muchos templos pero nunca vi algo similar, su belleza y su tamaño lo hacen único y soberbio.
Cuevas de Ajanta
En este caso, las cuevas tienen valiosísimas pinturas (además de esculturas). También son talladas en la montaña y son 29 ,todas ellas budistas. Fueron esculpidas desde el siglo I y II AC hasta el siglo V y VI DC; muchas de las cuevas utilizándose como vivienda de los monjes durante mucho tiempo y otras como templos.
Dentro de ellas podemos encontrar miles de pinturas y esculturas que describen la vida de Buda. Pero no es por eso que son tan famosas, sino porque a través de estas pinturas y esculturas los investigadores pudieron observar la evolución y las etapas del arte en la India.
Así, son una verdadera galería de arte completamente realizada con tintes naturales (extractos vegetales, animales y minerales). La energía que se siente al visitarlas cautiva, solo de pensar en los tiempos en los que se usaban como templos ya podés imaginar su importancia. En los recorridos se sugiere conocer las más importantes pero yo sugiero tomarse el tiempo para poder disfrutar de todas las que te llamen la atención (en mi caso, dediqué un día para cada complejo y visité todas las cuevas).
En un momento entré en una cueva y me quedé descansando al reparo del calor. Llegaron unas 15 mujeres y comenzaron a bailar en ronda y cantar alrededor de una representación de Shiva. Esa es la magia que se sucede cuando uno puede tomarse el tiempo de viajar sin ser un turista, viajar para conectar con los lugares y con los seres que lo habitan y, en mi caso, es lo que busco en cada viaje.
Cada cultura te regala un aprendizaje, y no lo digo desde lo intelectual. Suelo terminar cuestionando mi forma de ver las cosas o la cultura del lugar en el que vivo. Suelo ir por el mundo intentando aprender sin juzgar, sin cuestionar y hasta sin tratar de entender, porque la mayoría de las veces no le encuentro sentido. Para visitarlas lo mejor es alojarse en la localidad cercana de Aurangabad y contratar tours privados o aventurarse a tomar el bus local y recorrerlas libremente o con un guía local contratado en la entrada a las cuevas.
¡Seguí a Guada en sus travesías!
Guadalupe Prieto, luego de 5 años de dejar su rutina de Contadora para dedicarse a conocer el mundo, sostiene su decisión de “patear el tablero” para “vivir viajando”.