El sumo pontífice lleva años abordando la cuestión sexual, siempre y cuando esté vinculada con el amor y la reproducción. En esta ocasión ocurrió a pocas semanas de la apertura a habilitar bendiciones a parejas del mismo sexo que generó críticas de los sectores más conservadores. Durante la habitual audiencia con los fieles en la plaza de San Pedro, el papa Francisco habló de la lujuria, afirmando que placer sexual “es un don de Dios” socavado “por la pornografía” y destacó que “el verdadero amor se dona” porque “no posee”.
Así, explicó que “el enamoramiento es uno de los sentimientos más puros, una experiencia vital en la vida de las personas” y “una de las realidades más sorprendentes de la existencia”.
Asimismo, sostuvo que “nadie sabe” por qué enamorarse sea tan central en la vida humana. “Una persona se enamora de otra, el enamoramiento viene” y remarcó la “fuerza y la belleza del amor”.
“En el cristianismo no hay una condena del instinto sexual. Un libro de la Biblia, el Cantar de los Cantares, es un estupendo poema del amor entre dos novios”, siguió y profundizó en el “jardín de maravillas” que hace que la persona enamorada se vuelva generosa, disfrute regalando, deje de pensar en sí misma para proyectarse plenamente al otro”.
No obstante, advirtió que ese jardín que había nombrado “puede estar contaminado por el demonio de la lujuria, un vicio particularmente odioso”. Esta -dijo- “devasta las relaciones entre las personas, tal como demuestran las noticia cotidianas. “¿Cuantas relaciones que comenzaron de la mejor manera se convierten luego en relaciones tóxicas, de posesión del otro, carentes de respeto”.
Por tanto, aseguró: “el placer sexual es un don de Dios, que se va socavado por la pornografía: satisfacción sin relación que puede generar formas de adicción”.