“Hago un llamamiento para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”, dijo días atrás el papa Francisco refiriéndose a la gestación subrogada que se popularizó por casos como el de Marley, Flavio Mendoza (padres solteros) o Luciana Salazar (que padece trombofilia, una patología).
Esta técnica consiste en la implantación de un embrión en el útero de una mujer “que no tiene la voluntad de ser madre, mientras que quienes sí la expresan a esa voluntad jurídicamente son otros” -explicó la Dra. Florencia Daud, especialista en esta temática y miembro fundadora de BioJur para la difusión de derechos reproductivos y nuevos modelos de familia-.
De esta manera, alguien soltero, una pareja igualitaria o una heterosexual con complicaciones para engendrar, podría tener un bebé, siempre y cuando -aclaró Daud- la gestante “esté autodeterminada, es decir, libre en su voluntad”.
En tanto, la dinámica puede ser solidaria o comercial. La primera ocurre cuando una hermana, amiga, tía o cualquier persona del círculo íntimo quiere ayudar de forma desinteresada. Está autorizada en Reino Unido, Canadá, Australia, Brasil, Uruguay, Grecia, India o Sudáfrica.
Mientras que la segunda implicaría una transacción y “está aceptada en muy pocos países del mundo” -comentó la abogada-. Así, por ejemplo, varios estados de Estados Unidos, Rusia, Israel, Georgia, entre otros, cuentan con una legislación regulatoria del llamado ‘alquiler de vientre’. Por su parte, Ucrania también tenía -con ciertas restricciones-, pero se limitó tras la invasión rusa.
Sin embargo, en Argentina no hay normativa al respecto. Tampoco una prohibición. En esta línea, Florencia consideró: “Los famosos eligen mucho el exterior para hacerlo por una seguridad jurídica, sin saber que acá se puede también”.
“Según normas del Código Civil y Comercial se infiere que la gestación subrogada debe ser altruista y sin agencias intermediadoras que cobren comisión por hacer el proceso”, detalló la profesional.
Asimismo, en torno a lo económico, especificó: “En casos judicializados que se dieron el país, los jueces han dicho que la mujer no debería enriquecerse por esta actividad pero tampoco empobrecerse. Si calculamos 9 meses de embarazo, 3 a 4 meses de preparación endometrial y un mes de posparto, estamos hablando de un año y medio aproximadamente y lo que puede ofrecerse es un lucro cesante de un sueldo porque esa persona no podría trabajar normalmente”:
Sobre el óvulo utilizado para el tratamiento, dijo: “Nunca puede ser de la gestante porque ahí hablamos de un hijo biológico y consecuentemente una adopción anticipada que no está permitida”.
Por último, afirmó que “un médico por ética no acepta realizar gestación subrogada por cuestiones estéticas, sino cuando realmente hay riesgos”.
Los pormenores
Ante la soltería, la homosexualidad o reiterados intentos de embarazo y luego de atravesar incluso tecnología de reproducción asistida, los doctores pueden recomendar esta opción. Para llevarla a cabo, a lo largo del país se necesita una autorización judicial previa, que puede demorar hasta año y medio.
No obstante, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) basta con un consentimiento redactado por un abogado que, posteriormente, se protocoliza ante un escribano. El documento es obligatorio y a través del mismo, los padres intencionales asumen la voluntad filiatoria. También supone que la gestante renuncia a cualquier derecho u obligación y permite obtener una partida de nacimiento a nombre de los primeros.
A su vez, en el legajo del registro civil figura que el nacimiento fue por subrogación, los datos de la gestante y donante, que quedan a disposición para que el niño o niña a los 16 años pueda acceder a la información por su derecho a la identidad.
Cabe destacar que, esta licencia no requiere que la transferencia de embrión se haya hecho en CABA. “Si se da a luz en Capital puede anotarlo con estas características y es importante que quienes son del interior estén al tanto”, consideró Daud.
Búsqueda de orden
Finalmente, la Dra. expuso los lineamientos que, en su opinión, deberían considerarse en la futura ley, cuando exista: “Es importante, sobre todo si es una persona sola o cuando tienen cierta edad, contar con un tutor por testamento o ante escribanía, por si pasa algo, designar quién se haría cargo de ese bebé”.
“También me parece fundamental la intervención psicológica, para que den un apto a la gestante y una evaluación de los padres intencionales. A veces pasa que los roles se desdibujan. Entonces, es importante la psicoeducación”, añadió.
Igualmente, expresó su deseo de que haya “un debate en la sociedad en torno a esto”. Y siguió: “Hay que determinar si se acepta lo comercial o solo la altruista, también si una pareja extranjera podría acceder a eso acá o si solo sería para ciudadanos o residentes permanentes”.
Daud concluyó contando que un diputado la contactó para darle forma a un nuevo proyecto y valoró la inquietud de los legisladores. “Hay circunstancias que toman más notoriedad o que implican más tracción de votantes. La gestación subrogada toca a la población infertil que no es la mayoría entonces no se da prioridad”, lamentó.