Es gerenta de Operaciones de Orfeo Superdomo, obra original en la cual también participó como gestora y para la cual viajó alrededor del mundo. Con la excelencia como norte, trabaja día a día para cumplir el sueño de la gente: vivir shows inolvidables.
Por Sol Aguirre/ tw: sol_aguirre
Fotos: Federico Rodriguez
Pía admite que su capital es la experiencia: desde su incursión en el Chateau Rock hasta ahora, llevó adelante más de 1.450 shows. Esta labor la consagró como una reconocida “productora de felicidad”: tiene 34 años de profesión en la cultura y el entretenimiento, coordinando espectáculos y eventos de excelencia nacional e internacional y con afluencia masiva de público. Actualmente incursionó en la docencia, desde donde comparte generosamente su expertiz. Avalada por este recorrido y su trayectoria, ejerce otra de sus pasiones: el asesoramiento en la construcción de salas de entretenimiento en toda Latinoamérica. A partir de la producción y con eje en esas tres pasiones, despliega su ambición de excelencia para “crear alegría en la gente y buenos recuerdos”.
-En esencia, ¿qué es lo más importante de ser productora de eventos con gran afluencia de público?
-El ámbito del espectáculo en sí es algo muy diverso. Nosotros patentamos algo que va a durar un ratito y luego se esfuma. Pero todo esto hace que sea, junto a mi equipo, una creadora de felicidad en la gente. Nadie viene a un evento para pasarla mal. Justamente, la gente, si viene a un evento es para poder salir renovado, con espíritu libre.
-Si pensás en los hilos que unen tu trabajo con tu pasión, ¿cómo se resume ese vínculo?
-A mí lo que me apasiona y motiva para hacer lo que hago, es tratar de conseguir la perfección. Hay que ser demasiado meticuloso en todo este trabajo porque tenemos que tratar de lograr la excelencia. Nosotros trabajamos para cumplir el sueño de gente: el de venir a ver un show único. El espectador tiene que sentir que el evento que vino a ver ha sido lo mejor que le pudo pasar. Somos creadores de experiencia y de felicidad. La gente no se va acordar en qué fila estaba sentada, cómo llegó hasta acá… la gente se va a acordar del buen momento que vivió. Tenemos en claro que generamos recuerdos y queremos que sean buenos recuerdos.
-Tenés más de 30 años de experiencia en el ámbito y más de 1.450 shows realizados. ¿Qué te genera eso?
-Todo esto me genera una felicidad tremenda. No sé qué otra cosa podría haber sido… de chica quería ser médica. No llegué a esa meta porque me apareció en el camino la posibilidad de producir espectáculos. Desde la primera vez que hice producción lo que más me voló la cabeza fue saber que esto no tiene límites. Una siempre puede generar cosas y hacerlas 100 veces mejor de lo que las concretó la primera vez y esto hace que la adrenalina que me corre por las venas sea un motor generador de buenas cosas.
-¿Cómo te preparaste para llegar hasta acá?
-Todo lo que estudié en mi vida me sirvió para llegar a lo que hago. Estudié ingeniería aeronáutica, magisterio, periodismo. Esos caminos me ayudaron a distintas cosas: desde el hecho de poder tener conexión con la prensa, acercarme a las matemáticas para pensar cómo construir un techo, saber hacer logística… cada momento transitado me dio herramientas para cada uno de todos los sectores que están involucrados en la creación de un show.
-¿Qué es lo que te queda pendiente por cumplir?
-Dentro de todo lo que me ha tocado hacer en mi vida, creo que de a poco pude ir realizando todo lo que quise y con los artistas que soñé trabajar, que fueron los más grandes. Me tocó trabajar con Paul Mc Cartney, con Peter Gabriel, con Metallica. Si es por artistas en sí, me tocó trabajar con prácticamente todos. Cada vez que vuelvo a trabajar con los artistas, desde el más chiquito hasta el más grande, la forma de dar es la misma. ¿Qué me podría quedar que me encantaría hacer? Todo lo que esté por venir es lo que quiero hacer.