La premisa “más es más” es la base del maximalismo que, poco a poco se posiciona como una de las tendencias clave para el 2024.
Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando el Rococó y el exceso en la vestimenta marcaban la moda imperante, con una indumentaria carente de comodidad y funcionalidad que, con el paso del tiempo evolucionó hacia colores y formas igual de llamativas y sobrecargadas, pero con unas siluetas más relajadas.
Así, más tarde la moda hippy, el arte psicodélico, el rock y el glam aportaron su enfoque al maximalismo que ganó terreno en la década de los 80 cuando diseñadores como Vivianne Westwood o Jean Paul Gaultier desafiaron los patrones establecidos por la moda minimalista explorando la abundancia y la exageración a la hora de vestirse.
De esta manera, surgieron abultadas mangas, volantes y todo tipo de accesorios de lo más excesivo. Sin embargo, fue en lo años 90 que marcas como Dolce & Gabbana, Alexander McQueen y Versace llevaron al maximalismo al extremo, introduciendo estampados y colores vibrantes a la pasarela, como el verde, el amarillo, el naranja, el rosa y el violeta que protagonizan esta tendencia.
En tanto, los expertos en moda aseguran que el maximalismo volvió porque representa estados de ánimo y hoy los outfits se resignifican tras años duros vividos como aquellos marcados por la pandemia.
Se recomienda, entonces, ahondar en los pensamientos y sentimientos a la hora de la superposición de prendas. También, ante el calor se puede apelar a los accesorios llamativos o extravagantes, a los tacos con medias o las remeras con corpiños encima, por ejemplo.
Acerca de los errores que pueden generarse al apostar por este estilo, se sugiere no utilizar más de dos estampados y una textura en un mismo outfit.