*Especial, por Viki Baghini, nutricionista
Hay sustancias llamadas antioxidantes que yo los identifico siempre como “amigos generosos”, porque tienen la capacidad de “dar sin recibir nada a cambio”. Se trata de que tienen la capacidad de ceder un electrón a otras sustancias que lo necesitan, para neutralizar reacciones oxidativas o de inflamación.
Así, inhiben aquellas sustancias que dañan nuestro cuerpo al estar “desequilibradas”. Dicho de otro modo, tienen la capacidad de apagar incendios dentro de nuestro cuerpo, y así evitar problemas a futuro como: enfermedades autoinmunes, degenerativas, metabólicas, cáncer, inflamación, dolores menstruales, infertilidad, envejecimiento celular, entre otros.
Por tanto, los antioxidantes son esenciales para tu cuerpo. Pero, ¿los producimos o los obtenemos de afuera? ¡Ambas!
Algunos antioxidantes son generados por tu cuerpo como la Vitamina D, el Glutatión Peroxidasa o el Superóxido Dismutasa. Sin embargo, otros debemos consumirlos a través de los alimentos, como los Fitonutrientes, Vitamina C, Beta carotenos, antocianinas, glucosinolatos, licopeno, clorofila, Vitamina E, Vitamina B9, Vitamina B12 y muchos más.
¿En qué alimentos los encuentro? principalmente en todo alimento natural que presente color. Por tanto, todos los antioxidantes se pueden reconocer fácilmente a través de los colores y obvio que los principales son los vegetales y frutas, inclusive en la papa con su blanco característico.
También algunas bebidas como el té verde, tienen antioxidantes, y otros alimentos como el cacao amargo, la yema del huevo o en especias como la cúrcuma. De ahí que insisto siempre en alimentarse pensando en todos los colores, “eat the rainbow” (cómete el arcoíris).