Comenzaron con la confección de barbijos de friselina en diferentes colores para poder afrontar gastos, cuidar el staff y salir adelante en la crisis que estamos viviendo, pero al tiempo despertó la inquietud de fabricar cubrebocas que tuvieran impronta. “¿Por qué no llevar algo de color ante tanto caos? Quisimos traer diseño y algo de glamour a nuestros días, que vienen siento demasiado convencionales en cuarentena”, nos cuenta Giuliana Revigliono, socia de la marca. “Tuve particularmente la experiencia de tener que ir al super y tener que ponerme un barbijo social de friselina.. bueno, no se por qué, pero queria algo mas, queria algo con impronta, algo que vaya con mi estilo, que acompañe mi outfit de cuarentena”.
Ahí fue donde comenzaron a confeccionar barbijos de diseño dobles, embolsados, de tela. A prueba de aerosol, reutilizables, lavables y lo mejor de todo, ¡dos diseños en uno! Barbijos reversibles. De un lado generalmente lisos y del otro lado con estampas.
Say Mood
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