El pasado 13 de agosto, tuvieron lugar en el país las PASO en las que se impuso Javier Milei como el precandidato más votado. Luego de conocerse quienes avanzan en la carrera presidencial, la cantante Lali Espósito publicó en sus redes sociales una serie de tweets con referencia a lo acontecido.
Más tarde, el actual candidato a presidente salió al cruce, señalando: “Está bien, yo escucho los Rolling Stone o escucho ópera, no soy muy idóneo en música popular”. Asimismo, adeptos al político la atacaron, lo que derivó en una nueva publicación de la artista:
No me pone para nada mal que me "bardeen" por considerar peligroso y triste que haya gente que vote a un ANTI-DERECHO. La violencia con la que bardean y los argumentos son un reflejo de lo que votan justamente .Nos mal acostumbramos a considerar que si alguien opina de una manera…
— Lali (@lalioficial) August 14, 2023
“La violencia con la que bardean y los argumentos son un reflejo de lo que votan justamente”, sostuvo en este último mensaje. Al respecto, la Especialista en Liderazgo e Inteligencia Emocional, Cris Schwander señala, trascendiendo lo ocurrido en las PASO y el año electoral: “Realmente no somos conscientes del malestar que pueden causarnos las malas conversaciones, incluso con nosotros mismos. Nos acostumbramos a utilizar un lenguaje que nos aleja de la armonía”.
Posteriormente, cita a Mahatma Gandhi: “Cuidá tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuidá tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuidá tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”.
Y recupera a Humberto Maturana, quien asegura que “todos los quehaceres humanos tienen lugar como redes de conversaciones”.
De esta manera, más allá del conflicto entre dos personas públicas, Schwander asegura: “A las palabras no se las lleva el viento, dejan huellas que quedan grabadas en el recuerdo e impactan en nuestra energía corporal y en nuestro pensamiento. Pensamiento y palabras interactúan con todo nuestro organismo produciendo cambios fisiológicos que despiertan emociones y, por ende, acciones”.
Así, sostiene que las conversaciones se tratan de “una coreografía generada en un tiempo y en un espacio, que despliega movimientos internos y externos: pensamientos, sensaciones, emociones y corporalidad”. “La danza se despliega, desde la estructura del lenguaje, desde la escucha, el habla (proponiendo e indagando) y el silencio. En la coreografía conversacional siempre hay una melodía emocional que empuja a comportamientos”, añade.
Y afirma que “estas afectan nuestro accionar y nuestro sentir”. Sin embargo, lamenta:“la mayoría de las veces conversamos de modo desatento, alejados del respeto hacia el otro, encerrados en nuestras ideas, sin abrirnos a la posibilidad de transformación”.
Construir desde el diálogo
Por tanto, la autora de ‘Eso que quiero que me pase: Liderazgo para la vida cotidiana’ invita a “aprender a conversar enfocando nuestra atención, en primer lugar, en las palabras y en el lenguaje, es decir, desde la consciencia atenta, ya que no son detalles menores”.
“Conversar conscientemente es un reto que requiere consciencia instrospectiva , apertura y respeto hacia el otro”, explica. Y sigue: “A través de la palabra, pueden engendrarse tensión, violencia, miedo o bien confianza, calma, desafío”.
“Tengamos en cuenta que cuando conversamos para tener razón, para convencer, nos alejamos de la posibilidad de comprender al otro y de aprovechar el encuentro que las conversaciones facilitan. Cuando buscamos convencer, la mayoría de las veces, no nos estamos comunicando (poniendo en común) sino que, en el mejor de los casos, acabamos discutiendo o imponiendo nuestro punto de vista”, agrega.
Además, indica: “Muchas son las veces que las conversaciones son monólogos alternativos de cada una de las partes, sin escucharse, sin conectarse, sin transformación ya que ingresamos con una idea a conversar y nada ni nadie nos va a cambiar de posición: ¿entonces para qué abrimos ese diálogo?”.
E invita a consolidarse como líder, activando las conversaciones poderosas vinculantes, evitando las suposiciones y construyendo desde las inquietudes individuales. “Fácil no, posible sí. Es un entrenamiento que requiere practicar una y otra vez”, concluye.
- Artículo basado en el libro “Eso que quiero que me pase” Liderazgo para la vida Cotidiana , de Cris Schwander. El Emporio Ediciones.
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