Victoria Inaudi de Benavides es artista, pero, ante todo, una mujer de mundo. Nació en Córdoba, vivió algunos años en Buenos Aires y luego se estableció en Roma, Italia, durante 15 años. Actualmente, su día a día transcurre en Río de Janeiro, ciudad a la que llegó en 2011 junto a su familia y que la apasiona por su auténtica vivacidad y su contacto cotidiano con la naturaleza. La ciudad maravillosa, en primera persona…
Te lo cuento yo….
Una argentina en Río, sin tener en cuenta la rivalidad futbolística (tema que en la mayoría de los casos es mejor evitar), se siente en casa. Los cariocas son simpáticos, informales y viven el día a día sin jamás dejarse llevar por las preocupaciones.
Es una ciudad dinámica, alegre, donde la diversión está al alcance de todos y para todos los gustos. Vivimos un eterno verano con algunos periodos de lluvia, pero la mayor parte del tiempo Río te invita a calzarte tus Havaianas o cómodas zapatillas de gimnasia y salir en busca de vitamina D y endorfina.
Entre las maravillosas playas como las de Leblon o Ipanema, a 40 km de zona sur está la lindísima Prainha, una de las mejores referencias para surfistas y amantes del mar. Te recomiendo llegar temprano porque el estacionamiento, con el paso de las horas, se complica. Y no olvides tu botella de agua: este paraíso está más bien aislado y hay solo un restaurante cerca.
La ciudad también ofrece una variedad muy interesante de actividades deportivas, accesibles incluso para los turistas. En Leblon e Ipanema, sobre la playa, hay varias opciones de entrenamiento como cross fit, clases de vóley o tenis de playa y si lo tuyo es el yoga, la asociación Rio Praia Maravilhosa ofrece lecciones gratuitas en el Posto 12 de Leblon. Son magníficas y combinan con el panorama mágico (solo hay que inscribirse por internet).
Tampoco faltan los deportes de aventura como vuelo libre, con salidas hacia el morro dos Dois Irmãos desde el barrio de Sao Conrado, o tracking por senderos que desembocan en cascadas de agua dulce fresquísima, donde es fácil que te encuentres con pequeños y curiosos macacos (monos) en la frondosa flora tropical. Y para los fanáticos de la pesca, Felipe Agüero, un argentino establecido en Río y gran pescador al arpón, organiza paseos de pesca en su bote a las Ilhas Cagarras, saliendo del barrio de Urca.
Ahora, si bailar es tu fuerte, ¡bienvenidos a la ciudad de los ritmos más sensuales del planeta! Aquí puedes experimentar clases de sambafit y en un par de lecciones aprender ese movimiento de caderas que nunca imaginaste ser capaz de hacer. La profe, Carla Campos, es muy macanuda y es estrella en las escolas de samba del Sambodromo.
Las noches cariocas son animadísimas: cervezas heladas, música al ritmo de samba y bossa nova, gente sonriente pasándola bien y caipirinhas de todas las frutas tropicales: maracujá, mango y la clásica de limón son el deleite de quien visita esta ciudad.
Las personas aquí acostumbran a juntarse después de cenar en alguna de las muchas opciones de bares como Jobi, Boteco Belmonte o Astor Bar. Para los fanáticos de buenos cocktails, el Vinil en Leblon o el vip de Baretto-Londra del Hotel Fasano en Ipanema, con música de los años 80 y 90 a cargo de dj’s contemporáneos, son parada obligatoria para un night cup. Los jueves, por ejemplo, tienen un sabor especial en el Baixo Gávea, donde cariocas y turistas se encuentran a bater papo (charlar) con los amigos, cerveza en mano, en la calle frente al Braseiro da Gávea, restaurante típico brasileiro donde se puede comer una exquisita picanha con arroz de brócoli y farofa con banana, plato típico y popular sin desperdicios.
Para una velada especial de cocina de autor, mis preferidos son el Restaurante Olympe de tendencia francés-brasileño de los chefs Claude y Thomas Troisgros en el barrio de Lagoa y el Restaurante Lasai en Botafogo, con el chef Rafa Costa e Silva.
Un local muy simpático para música en vivo es el BIP BIP en Copacabana, donde la improvisación de los músicos puede sorprenderte con una noche a ritmo de choro y samba. Como el lugar es pequeño, en vez de aplaudir a los artistas, las personas baten sus dedos, de ahí su nombre BIP BIP, simplemente memorable. Atención, si no llegas tempranito, perderás tu silla y tendrás que quedarte parada, cerveza en mano y con los pies moviéndose solos.
¡Río no es todo playa, samba y caipirinhas! También se puede participar en acciones sociales con eventos como paseos guiados por museos o por barrios con enfoque en la arquitectura o charlas en inglés de temáticas brasileiras, todo organizado por el Club Internacional Río (INC), una institución sin fines de lucro, administrada por un grupo de mujeres internacionales, cuyos fondos son destinados a ayudar a jardines de infantes y escuelas de las comunidades (favelas) de esta región.
Si viajas con niños, no dejes de llevarlos al Acuario Marino de Río, que se inauguró hace unos meses en el centro de la ciudad, y aprovecha para visitar el Boulevard Olímpico con sus 2500 m de murales de grandes artistas del grafiti como Eduardo Kobra. En el mismo Boulevard, encontrarás también el Museu do Amanhã realizado por el arquitecto español Santiago Calatrava y, a pocos metros, el MAR (Museu de Arte do Rio).
Si te encuentras en Río entre el 14 y el 17 de septiembre, visita Art Rio 2017, feria de arte reconocida como una de las más importantes en Latinoamérica. Además, si te apasiona esta disciplina, concédete un momento en alguna de las galerías de arte de la ciudad como la galería Nara Roesler en Ipanema, donde exponen grandes artistas brasileiros como Vik Muniz, Beatriz Milhazes o Abraham Palatnik, este último pionero del arte cinético en Brasil. Otras dos paradas obligatorias son: Parque Lage, donde el intercambio creativo entre artistas jóvenes está siempre a la vanguardia con cursos de fotografía, artes plásticas y exposiciones interesantes (los domingos es muy frecuentado el brunch en su café); y el Jardim Botânico, fundado hace más de 200 años, es un paseo de lo más agradable, sus palmeras imperiales son la gran atracción del parque entre otras plantas como orquídeas, cactus, bambúes, mangueras, etcétera.
Y claro, a quién no le gusta dedicar unas horas a ir de compras. Salir de shopping en Río es de lo más entretenido. Aquí la moda es colorida, canchera y siempre con un toque sexi. No dejes de visitar los probadores de las tiendas más fashion de la ciudad como Osklen, Animale, Mixed o Ateen, y para romperla este verano no olvides llevarte una bikini brasileira de Vix o Lenny Niemeyer (para las más jóvenes son cancherísimas) y debes pasar por la tienda Farm y Salinas. Para simplificarla, estas tiendas las encuentras también en el Shopping de Leblon.
Y desde ya no está de más decirte que la visita al Cristo Redentor y al Pan de Açúcar valen realmente el paseo. Ahora, visítalos un día de sol porque el panorama es para emocionar el alma. Cómo no coronar tu viaje y despedirte de Río tomándote una selfie con el Cristo de brazos abiertos.
¡Buen viaje!
….( aparte)
No puedo dejar de contarte sobre una experiencia muy especial que tuvimos en nuestro primer Año Nuevo en Río de Janeiro. Todos vestidos de blanco, cargando las flores que nos acompañaron en nuestra peregrinación a pie hacia Copacabana, donde a media noche se encendieron deslumbrantes fuegos artificiales mientras centenares de personas rendían al mar sus ofrendas de flores a Iemanjá, la Reina del Mar. Es un espectáculo maravilloso que vale experimentar al menos una vez en la vida.