*Especial, por Equipo de Grow- género y trabajo
Los datos son más que claros: 8 de cada 10 personas travesti, trans, no binarias no están incorporadas en el mercado de trabajo formal (Ministerio Público de Defensa, 2017 y Fundar 2023). Discriminación, violencias, exclusión son moneda corriente para quienes no se identifican con el género que les fue asignado al nacer. Entonces, aunque la ley de Identidad de Género, en su momento, fue pionera en garantizar derechos, las transformaciones reales -en el plano de la cultura, de las relaciones personales- muchas veces van a otro ritmo. Por tanto, si bien la regulación es imprescindible, no es suficiente para igualar oportunidades y terminar con la exclusión.
La ley de cupo laboral del año 2021 fue una iniciativa interesante en ese sentido: intentar incorporar a las personas trans al trabajo formal, promoviendo oportunidades y capacitación. Si bien esta propuesta estaba destinada al sector público, se fomentaba -mediante algunos beneficios- que el sector privado también la implementara.
Es poco el tiempo que transcurrió desde esa disposición para evaluar su verdadero impacto. Pero al mismo tiempo el contexto actual no parecería ser el más propicio para avanzar, con el Estado achicando su rol, y sin que las políticas de género parezcan tener relevancia.
¿Qué pueden hacer las organizaciones?
En 2022, desde Grow-género y trabajo, en conjunto con Contratá Trans, lanzamos Engranajes de la exclusión, un programa que tiene el objetivo de ser un espacio de reflexión junto con organizaciones para sensibilizar respecto de esta problemática, y comenzar a promover las medidas necesarias para que este colectivo esté incluído en el mercado de trabajo formal.
Según Lorene Belloni, especialista en diversidad de Grow-género y trabajo, “el objetivo es promover que las organizaciones se adecúen a una agenda de diversidad en el marco de la normativa argentina, y puedan hacer lugar a personas travestis, trans y no binarias. Para ello tienen que cambiar algunas prácticas y tienen que pensar cómo podemos hacer de esta organización un lugar que sea cómodo para las personas TTNB que van a venir, o las que ya están, se puedan sentir cómodas puedan expresarse, y para evitar la marginalización”.
Fomentar el rol de las organizaciones para promover las transformaciones que creemos necesarias es imprescindible para los desafíos que vienen: que los derechos garantizados en el plano legal se traduzcan en condiciones materiales concretas, en igualdad de oportunidades para todas las personas.