Temporada de frío y de peeling

Con el frío llega el mejor momento para hacerse tratamientos en el cutis. De hecho, es por excelencia la etapa recomendada para las exfoliaciones profundas y todo método tendiente a renovar la piel y sanearla de los maltratos del sol y el cúmulo de descuidos.

“La exfoliación cutánea o “peeling” tiene por objetivo modificar la superficie de la piel, removiendo las células, para obtener una regeneración epidérmica, dérmica o ambas -la primera y segunda capa de la piel respectivamente- y de ese modo provocar la aparición de una piel más tersa, con un color más uniforme y aspecto más saludable mejorando poros dilatados y arrugas finas”, comentó Gisela Fassio, dermatocosmiatra hospitalaria.

En este marco, el otoño y el invierno son perfectos para el peeling, palabra que, en inglés, significa ‘pelar’, por lo que tras este tratamiento la piel queda expuesta.

Por tanto, de no efectuarse en los meses en los que la intensidad de la radiación es baja, así como las temperaturas, se corre el riesgo de sufrir efectos secundarios.

Entre estos, la aparición de manchas difíciles de tratar en las zonas dónde la piel se está reparando (hiperpigmentación postinflamatoria), es la consecuencia más común de una exfoliación hecha cuando es mayor la exposición solar y la sudoración. Además, se pueden conseguir mejores resultados en cuanto a durabilidad de los efectos y uniformidad de la piel si se hace lejos de la época estival.

Tipos de peeling

Existen algunos muy superficiales que son los que se pueden realizar de manera hogareña. No obstante, para los de mayor profundidad hay que consultar con profesionales, puesto que, a mayor profundidad, mayor número de capas alcanzadas, mejores resultados, pero mayor tiempo de recuperación y riesgo de complicaciones.

A grandes rasgos, las exfoliaciones profundas se dividen en peelings físicos, dentro de los que se encuentra la tan conocida microdermoabrasión y el dermaplaning. Y, por otro lado, están los biológicos y químicos, que son los que más requieren hacerse en los meses fríos.

Fassio explicó que “hay pieles que necesitan una descamación más intensa, pero también hay pieles que están deshidratadas, sensibles, o tienen patologías como acné y rosácea, en las cuales también se puede hacer un peeling para mejorarlas”.

“Hoy la industria dermatocosmética ofrece gran variedad de alternativas de ácidos, desde aquellos más superficiales a los de última generación, que han marcado un antes y después. Los alfahidroxiácidos, los betahidroxiácidos, el ácido retinoico (mi preferido para realizar en esta época) son algunos ejemplos de ellos”, dijo la especialista del espacio Medicina Estética Dra. Ulma Feser.

Y agregó: “Esta variedad de agentes activos genera un interrogante a la hora de elegir el tratamiento en el consultorio; para ello es preciso tener en claro, primero cómo actúan sobre la piel, para luego analizar que biotipo, fototipo y características individuales tiene la paciente y qué objetivos se busca”.

Cuidados requeridos

De esta manera y como frente a cualquier tratamiento es necesario tomar una serie de medidas. “Lo ideal es tratar la piel días antes de la sesión en consultorio con una limpieza profunda y en casa con una rutina de apoyo domiciliario correcta”, expresó Fassio.

Luego, mientras se regeneran las capas eliminadas y debido a que la piel pierde su capacidad de aislamiento del medio y tiene más facilidad para deshidratarse y menos para defenderse de agresiones externas, es imperioso extremar los cuidados.

“Evitar el uso de productos que contengan alcohol, brumizar con lociones descongestivas y refrescantes, usar emulsiones livianas, hidratar por contactación sin masajes, no usar exfoliantes mecánicos, evitar duchas muy calientes y ambientes muy climatizados y el más importante y fundamental de todos, usar protección solar con un SPF 50 UVB y UVA renovándolo cada dos horas”, concluyó la cosmiatra.